El otro día fui con David, Marta  y con Ari  al Restaurante Da-Vid en Vigo. Yo, en esta ocasión, me limité a disfrutar del delicioso menú que nos sirvieron para cenar, así que hoy mejor dejaré que sea ARi Magritte quien os explique lo que allí probamos, me gusta compartir momentos y  que mis amigos también os cuenten sus aventuras y los saraos a los que vamos juntos en este blog:

Todo empezó por una conversación surgida a raíz de las vallas que durante el verano llamaron la atención en Vigo y algunas carreteras del extrarradio, ya que todo el personal del restaurante Da-Vid posó sin ropa, para la campaña publicitaria. Como mucho, un delantal o instrumental de cocina como «complemento». Se trataba de hacer una analogía con su cocina, «Cocina al natural» dice el lema.

restaurante david vigo

 

La maquiavélica polémica estaba servida: en comunicación, ¿el fin justifica los medios? Había opiniones para todos los gustos, pero el resultado final fue que, si en algo estuvimos de acuerdo todos los que participamos en la conversación es en que la comida allí estaba deliciosa. Así que, después, de tanto comentar, las glándulas salivales empezaron a trabajar y nos vimos Alberto, David, Marta y yo cenando allí una noche de martes.

El espectáculo fue digno de haberle hecho un reportaje televisivo. Tanto que yo estoy deseando repetir:
Llegué algo antes de la hora, así que me pedí un tinto y me sirvieron un DBerna que estaba delicioso. Después se unieron el resto… a la cena y al vino.

david vigo
restaurante vigo

Desde el mar, nos conquistaron con un carpaccio de pulpo, tartar de atún rojo y aguacate unos makis de atún, recién llegados a la carta, y una combinación perfecta de mar y tierra en el steak tartar con sardina ahumada que nos dejó tontos, al menos a mí, sobre todo por los cítricos con que había sido preparado. De verdad, ¡me hizo cerrar los ojos de bueno!
También con la materia prima de la huerta tienen mano, porque la crema de calabaza, además de asentarnos el estómago en el frío noviembre, estaba en su punto de textura y sabor.

 

makis de atun

 

David, el director de toda esa orquesta que es el restaurante Da-Vid, nos explicó que también se están esforzando en dar protagonismo a la carne de vaca curada y chuletón, así que, para demostrarnos que puede sacar pecho también en el ring de las carnes, nos recomendó que la probáramos. Todos la quisimos poco hecha y nos conquistó por completo.

atun
ensalada de sushi
ensalada de sushi

Cuando ya parecía que no íbamos a poder asentar nada más en nuestros cuerpecillos, David nos mencionó los postres y, claro, ¡cómo negarnos!
Alucinaréis al ver la puesta en escena de esos postres de Da-Vid. A mí sobre todo me conquistó porque representó el Otoño en una tabla de cocina y «Otoño» es la canción que me llevó a empezar a cantar en público, así que ya solo por eso me tocó el corazoncito.

Podéis escucharla en este enlace:  Vuelvo a lo que nos ocupa, que es el postre: reinaba en el centro de la tabla una maceta de chocolate al 80% de cacao con interior de mousse de Oreo, rodeada de setas y otra decoración comestible que nos dejó alucinados. Ninguno de los comensales supimos decir si nos gustaba más continente, contenido, o la combinación de ambos… no lo supimos decir o es que no queríamos saberlo para seguir comiendo hasta el infinito, ¡que también!
Para acompañar los cafés, unas cañitas artesanas rellenas de mascarpone que quitaban el sentido.

postre
postre DAvid
restaurante Da-Vid vigo
El resumen es que un debate acerca de la conveniencia o no de desnudarse para anunciar un restaurante en una valla nos llevó a compartir una deliciosa cena entre risas, pero que abrió nuevos debates. El principal: del postre que representaba el otoño, ¿nos quedamos con continente, con contenido o con la combinación de ambos? Supongo que tendremos que quedar a cenar otro día, para llegar a una conclusión certera. ¡Qué le vamos a hacer!

Aquí tienes la foto de la valla, que se la hemos pedido prestada a Marta, en su blog podéis ver el post de Da-Vid